martes, 21 de abril de 2015

A N A L Y S E



Creo que me gustan más los temas de Thom Yorke en versión piano que los editados para los discos. Analyse es del disco The Eraser del año 2006. De línea muy simple, la canción no me logra aburrir. Al contrario, agradan sus acordes cíclicos que sólo se quiebran al final. Este cambio o “puente” es una herramienta muy usual del autor, supongo que para preparar al climax o quizás solo lo ocupa para romper la monotonía. De todas formas, es una gran tema de fuerte expresividad.

De los comentarios o críticas que he leído de este disco, casi todas han sido negativos. Y creo que el gran error es pensar que este trabajo fue hecho para el oyente. Como si el autor les debiese algo o como si creyeran que algún día volverán a escuchar un tema similar a “Creep” o un álbum similar al OK Computer. No defiendo su propuesta, pero entiendo que él sentido de este trabajo es no demostrarle nada a nadie, más que a si mismo.

lunes, 16 de febrero de 2015

BIBLIOTECA DE MÚSICA

Luego de llegar a los 60GB de música me dí cuenta que las cosas andaban mal. El disco duro ya no anda a la velocidad deseada, cuesta buscar en la biblioteca y cada vez se demora más en iniciar la reproducción. Bueno, antes escuchaba lo que sonaba en la radio, pero ahora uno va seleccionando. 

Con todo esto me pregunto: ¿porqué uno tiende a recopilar tanta música si sólo escuchas un par de canciones al día?. El objetivo de tener una gran biblioteca es que puedes reproducir justo la canción que quieres escuchar, en el momento que amerite y acceder a ella fácilmente. Sin embargo, es difícil andar siempre con el disco, asi que no queda otra que cargar un setlist en el celular.

Hasta hace poco, la tecnología no satisfacía 100% la necesidad de “música en el momento, hasta que alguien atinó y aparecieron varias aplicaciones móviles como “Spotify” o “Deezer”. Éstas pequeñas herramientas te dan acceso instantáneo a una gran biblioteca de música portable. Bueno, siempre cuando tengas un celular, computador e internet.

Investigando más sobre el tema, me convenció, y opté por Spotify. Y ahora que tengo la aplicación cargada no se que escuchar... Pasa un par de semanas y me doy cuenta que el playlist se esta llenando con las mismas canciones de siempre. 


Me doy cuenta que lo que falta es orientación dentro de esta inmensidad. El problema ya no es cantidad, sino calidad y tiempo para explorar. Cada día se suman miles de canciones y cada vez se torna más difícil encontrar lo que uno realmente quiere escuchar. Quizás era mejor antes cuando tenía 20 discos y esos te acompañaban toda la vida. Ahora tienes miles de discos y no sabes por donde comenzar, todo se torna mucho más complejo y, por lo mismo terminas escuchando los mismos 20 discos anteriores.

Antes uno se sentaba a escuchar un álbum completo (los reproductores antiguos te obligaban a estar fijo en un lugar) y el disco dura lo suficiente como para mantener tu atención. No eran muchos, por lo que tu mente puede procesar la totalidad de tu música. 


  Ahora, en estos tiempos (frase de viejo) puedes reproducir un contenido ilimitado de música; comienza un desorden de grupos, distintas tendencias y te tratas de conectar, pero no lo logras, ya que el ritmo de vida es otro. Finalmente lo que escuchas es un ruido ambiente que sólo te acompaña. Es una masa a la cual no te das el tiempo de entender y tu conexión con la música, en vez de aumentar, disminuye. Sólo le prestas atención a lo que puede ser agradable, por lo cual pierde todo el sentido y contenido y se transforma en una simple decoración del espacio tiempo.

Otro tema que me di cuenta es que si se conectas la aplicación a unos parlantes más grandes, la calidad de audio deja mucho que desear. Por lo mismo, es entendible por estos tiempos el “revival” de los vinilos, ya que la calidad de reproducción a bajado considerablemente. Pero, los vinilos son caros y difícil de transportar, así que vuelvo a lo mismo.



Por lo visto, la ecuación; “calidad”, “cantidad”, “portabilidady “orientación no está resuelta aún. 
Y con toda esta nueva tecnbología siento que la música, como arte, está teniendo un leve retroceso. Observo que el producto final ya no corresponde al trabajo del álbum en sí; ya no hay un diseño de disco, una presentación, una idea de fuerza. Algo de romanticismo o de misticismo. Difícil va a ser encontrar un nuevo “No Code” de Pearl Jam o un “Dark Side of the Moon” de Pink Floyd

miércoles, 4 de junio de 2014

JACK WHITE Y SU DISCO LAZARETTO EN VINILO

Hace un tiempo escuche que el formato de cintas magnéticas o "cassette" van a salir de nuevo al mercado. Las nuevas cintas tienen mayor capacidad, mayor durabilidad y consume menos energía que un disco duro normal. Sin duda, para la recopilación de música, los cassettes son de un formato y duración superior que los delicados discos compactos o que cualquier otro formato existente, pero lamentablemente tienen una calidad de sonido inferior.

Por lo mismo, ahora pocos son los que ocupan un sistema físico de reproducción; todo está en la nube, en un archivo digital o incluso se puede escuchar vía streaming, en cualquier lugar y sin que uno sea dueño de la información. Es indudable que todo este nuevo sistema le quita el romanticismo al no poseer el disco físico; donde existía un diseño completo, una idea central, una carátula, una historia. Además se integraban los comentarios del artista, los dibujos o fotos que expresaban la etapa creativa por la cual pasaron los músicos. No sólo era una lista de 12 canciones, sino que es un conjunto de experiencias que convergen en un diseño único e irrepetible.


Muchos concuerdan que, en términos de diseño y de calidad del sonido, no hay nada mejor que un disco de vinilo. Y Jack White, con su último trabajo, refuerza esta idea donde el diseño del formato físico sobrepasa en calidad al servicio entregado por el mercado virtual tipo i-tunes. Jack acaba de sacar una edición en vinilo de su álbum llamado Lazaretto y claramente es un trabajo que fue pensado para cambiar la experiencia del usuario al reproducir un vinilo. No he escuchado todo el álbum, así que no hablaré de su propuesta musical, pero si describiré las innovaciones que trae:

De partida, las pistas se reproducen al revés de lo normal, osea la aguja se pone al centro del disco y ésta se moverá hacia los extremos. ¿Cual es la gracia de esto?, es que remata en una ranura cerrada, lo que hace que el disco continúe con el ritmo en un loop infinito hasta que el usuario se canse de escuchar. Ya lo habían hecho Los Beatles en uno de sus discos, pero con una reproducción normal, donde la última pista remata en la cara interna del disco, que al ser de un diámetro inferior, disminuye considerablemente el tiempo variable del loop.

Los discos compactos ya no son los únicos que pueden contener pistas ocultas. Éste tiene dos canciones inéditas las que están ubicadas dentro de las etiquetas en el centro de la placa. Los temas tienen diferentes velocidades de reproducción (78 RPM y 45 RPM), lo que hace que el vinilo tenga un total de 3 velocidades de reproducción. 

A mi parecer, lo más atractivo del disco es que la canción llamada Just one Drink puede empezar con distinta introducción, dependiendo de donde se ubique la aguja y esto es al azar. Osea no se sabe como va a empezar el primer tema. Esto puede ir más allá, ya que hay una infinidad de mezclas que se pueden hacer en un disco y que pueden ir variando dependiendo de la creatividad del artista. Me recuerda a la canción Rocket Queen de los Guns N' Roses.

¿Que hay con respecto al diseño?, cada cara del disco tiene un acabado distinto y cuando gira se puede observar un holograma de un ángel en su centro. Entiendo que es la primera vez que se ocupa esta tecnología y también tiene infinitas variables para futuros proyectos.

Acá les dejo un video de Jack White que nos cuenta al respecto.

viernes, 23 de mayo de 2014

NIN

Constantemente Trent Reznor junto a Rob Sheridan buscan plasmar lo último en tecnología visual en el escenario de Nine Inch Nails. Impresiona la propuesta audiovisual del grupo, donde el escenario sale de sus límites y empieza a mostrar un cuerpo, una personalidad. Esto abre infinitas posibilidades de diseño, ya que el escenario deja de ser plano; con focos de colores y humo. Ahora se plasma como un volumen o un prisma en el cual se puede trabajar, potenciar y diseñar. La tarea es compleja y el trabajo ya no es sólo de los sonidistas e iluminadores. Aparecen diseñadores gráficos, directores de arte, cineastas, fotógrafos, ingenieros en software, hasta arquitectos.

Acá una muestra de la performance visual del grupo. Aunque es indispensable observar el relato completo de un concierto, para entender el real potencial de estas intervenciones.